Control de esfínteres
El control de esfínteres es una de las transiciones más importantes durante la primera infancia, es un proceso en el que aprenden a reconocer y regular sus necesidades fisiológicas, dejando atrás los pañales y desarrollando su autonomía.
Como ya te debes imaginar, esta etapa trae consigo muchas preguntas y un poco de ansiedad, tanto para padres como para docentes. Por eso, hoy queremos dejarte una guía para que te sientas más acompañado en este proceso, pues no debería convertirse en un motivo de estrés ni para ti ni para tu pequeño.
¿Empezamos?
¿Cuándo es el mejor momento para empezar el control de esfínteres?
Es importante que sepas que no existe una edad específica para el control de esfínteres. Suele ser entre los 18 meses y los 3 años, pero todo depende del propio ritmo de tu hijo/hija.
Cuando los niños muestran señales de estar listos tanto física como emocionalmente, es ahí cuando las condiciones están a favor para iniciar. No te dejes llevar por el proceso de otro, cada niño es diferente y para que logres hacer una transición exitosa, deberás guiarte de sus tiempos.
En cuanto a nivel emocional, no se recomienda iniciar en momentos de grandes cambios (mudanzas, nuevo hermanito, primer día de clases, viajes, cambio de cuna a cama, etc.), ya que pueden generarles angustia e inseguridad. Es mejor esperar a que la rutina familiar esté estable para acompañar este proceso con tranquilidad.

¿Cómo sé si está listo/a para dejar el pañal?
Hay algunos indicadores de que los niños están preparados para iniciar el proceso. Aquí te dejamos una lista de preguntas para que puedas evaluar si es un buen momento o no. Si contestas que sí a la mayoría, es probable que se esté preparando para iniciar el control de esfínteres. Se sincero y evalúa si realmente está listo o no:
¿El pañal permanece seco por más de 2 horas?
¿Usa palabras para expresar lo que le pasa?
¿Te avisa que está haciendo (en ese preciso instante) o que está por hacer sus necesidades?
¿Muestra interés en el inodoro?
¿Puede vestirse y desvestirse solo?
¿Busca privacidad para hacer sus necesidades?
¿Te pide cambiarlo cuando está sucio?¿Notas que le incomoda?
¿Muestra interés en dejar el pañal?
¿Comprende para qué sirve el baño?
Recuerda que no hay una edad correcta o incorrecta para el control de esfínteres, pero si es muy importante empezar cuando el niño está realmente listo. Si cumple con la mayoría de estos indicadores, significa que su cuerpo y cerebro ya están empezando a comunicarse entre sí para detectar que la vejiga está llena, por lo que ya podrías empezar a considerarlo.

¿Qué pasa si empiezo demasiado temprano?
Si el niño no esta listo, puede ser contraproducente. El proceso puede alargarse innecesariamente y podrías necesitar pausas para retomarlo más adelante. También puede generar conflictos, frustración, retrocesos o asociaciones negativas con el baño.
Sin embargo, si empezaste y te diste cuenta que no estaba preparado, no te angusties. Ponle pañales que se asemejen a la ropa interior (tipo pull-up), espera un par de meses y retoma con calma.
Mientras tanto, lee cuentos sobre el control de esfínteres, cuéntale cómo se usa la pelela o el adaptador, escuchen canciones que hablen sobre el tema, pregúntale si se hizo pis o caca en el pañal, etc. No te estreses, en unos meses lograrás iniciar nuevamente.
¿Qué necesito para comenzar?
Si notaste que está listo, analizaste las condiciones de tu hogar y te aseguraste que cumple con una rutina estable y predecible, avísale a todas las personas que atienden al niño (familia, niñera, jardín) para que estén al tanto del proceso y lo apoyen con la misma rutina. Pónganse de acuerdo para no confundirlo.
¡Esto es un trabajo en equipo!
Necesitarás:
Orinal o adaptador para inodoro: permite que el niño decida, lo importante es que esté cómodo y motivado.
Ropa fácil de quitar: pantalones con elástico o vestidos.
Pañales tipo pull-up: se recomienda empezar con los pañales que se asemejen a la ropa interior, de esa forma tienen la libertad de sacárselos fácilmente cuando vayan al baño. Cuando veas que se mantiene seco por más tiempo, cambia a ropa interior de tela suave.
Mudas de ropa para los accidentes: siempre debes estar preparado por si se ensucia.
Toallitas húmedas o papel higiénico.
¡Los accidentes pasan!
Cuando están aprendiendo a ir al baño, es totalmente normal que se ensucien durante el proceso. Es muy importante que no lo regañes cuando esto suceda, eso puede hacer que los niños intenten retener sus necesidades por miedo; generando rechazo a la idea de ir al baño y dando lugar a posibles infecciones urinarias.
Si el niño se «hizo encima», mantén la calma y llévalo al baño. Una vez allí, recuerden juntos que ese es el lugar para hacer sus necesidades. Siéntalo en el orinal y pregúntale si quiere terminar de hacer pis o caca. No importa si no hace nada, pero de esa manera continúan asociando el baño con «evacuar».
Los accidentes pasan, sobretodo al principio. Así que ármate de paciencia y siempre ten una muda de repuesto, es solo cuestión de tiempo para que tu pequeño lo logre.
Control de Esfínteres durante la noche
El control nocturno suele ser la etapa final del proceso y puede tomar más tiempo. No es raro que los niños mojen la cama de forma ocasional hasta los 5 años; recién después de esa edad se empieza a evaluar la posibilidad de que haya algo que podría necesitar atención profesional.
Para comenzar con el control de esfínteres por la noche, te recomendamos:
- Reducir los líquidos después de cenar, por lo menos una hora antes de irse a la cama.
- Llevarlos al baño justo antes de ir a dormir y apenas se levanten por la mañana.
- Contar con pañales tipo «pull-up» y protectores impermeables para el colchón.
- Si logra pasar una semana completa con los pañales secos durante la noche, puede ser que esté listo para dormir con ropa interior.

¿Y si le dejo la tablet/celular?
Aunque puede parecer una forma práctica de mantener al niño entretenido, no es recomendable usar dispositivos electrónicos. Esto puede distraerlo y dificultar que preste atención a las sensaciones de su cuerpo, algo fundamental para aprender a reconocer cuándo debe ir al baño.
Además, asociar el momento del baño con pantallas puede hacer que el niño dependa de ese estímulo externo para sentarse en el orinal o inodoro, y puede alargar el proceso.
Es mejor acompañarlo con charlas cortas, canciones o cuentos relacionados con el baño. Así se fomenta la concentración en la actividad y se fortalece la conexión con su cuerpo y sus emociones.